Obtiene oro proyecto hídrico con participación de la FQ
En los Premios Globales LafargeHolcim 2018
A través del proyecto desarrollado por el Grupo Académico Interdisciplinario Ambiental (GAIA), la Facultad de Química tuvo una participación destacada en la obtención del Oro de los Premios Globales LafargeHolcim para Construcción Sustentable 2018, el certamen más importante en el mundo que galardona al diseño sustentable y reconoce proyectos innovadores e ideas orientadas al futuro.
El proyecto Hydropuncture in Mexico: Publiclyaccesible water retention and treatment complex, también conocido como Parque Hídrico La Quebradora, ya había sido reconocido también con el Oro para la Región Latinoamérica del mismo concurso.
En el certamen internacional, fue galardonado por constituir un trabajo de “infraestructura en una zona desfavorecida de la Ciudad de México que combina cuencas inundables y servicios públicos con espacios que siguen la lógica gravitacional del flujo del agua”. El jurado manifestó que el sofisticado diseño del proyecto responde a un problema urgente en escala con impacto real.
El Parque Hídrico La Quebradora, constituye un complejo para la retención y tratamiento de agua ubicado en las faldas de la Sierra Santa Catarina, en la colonia Xalpa de la Delegación Iztapalapa. Son cuatro hectáreas que sirven como vaso regulador de escorrentía (agua de lluvia que discurre por la superficie de un terreno), ubicado en una de las zonas con mayor carencia hídrica en la Ciudad de México, pero que, a la vez, sufre también de constantes inundaciones.
El proyecto Parque Hídrico La Quebradora se inició conceptualmente por parte de los académicos de la UNAM Manuel Perló Cohen, del Instituto de investigaciones Sociales (IIS), y de Loreta Castro Reguera, de la Facultad de Arquitectura (FA), quienes fungieron como Coordinador General y Coordinadora Técnica General, respectivamente. El primero se responsabilizó de los aspectos sociales; en tanto que la segunda fue responsable directa del grupo de especialistas enfocados en los temas de Arquitectura, diseño de espacios y actividades a incluir dentro del parque. Asimismo, Víctor Manuel Luna Pabello, académico de la Facultad de Química (FQ), coordinó los Estudios Ambientales.
Para la realización del proyecto se firmó un convenio entre el IIS de la UNAM, representado por Manuel Perló, y la Delegación Iztapalapa. Los trabajos realizados buscaron atender de manera integral tres ejes: el urbano-paisajístico, el sociocultural y el hídrico-ambiental.
El Parque Hídrico La Quebradora está diseñado para ofrecer servicios de esparcimiento, recreación, actividades deportivas, culturales, juegos infantiles, convivencia social y talleres. La propuesta integral consiste en la creación de una serie de plataformas y plazas pétreas capaces de almacenar y tratar agua, así como de ordenar distintos espacios y actividades. El diseño está basado en construcciones; además, se mantendrán las dos grandes oquedades que ya existen en el lugar como parte de la infraestructura de regulación natural de agua pluvial, es decir, se conserva la vocación de vaso regulador.
La inversión beneficiará de manera directa a 28 mil personas; también se triplicará el arbolado actual con vegetación endémica. La construcción del complejo inició en el último trimestre de 2017 y se espera que quede concluido a finales de 2018.
Los estudios ambientales desarrollados por el GAIA de la FQ incluyeron análisis topográfico, de mecánica de suelos, hidrológico y de infraestructura hidráulica, geológico y geohidrológico, edafológico, dendrométrico, taxonómico y fitosanitario, arqueológico, diagnóstico ambiental, factibilidad jurídico-ambiental y desarrollo de ingenierías.
Trabajo interdisciplinario
En entrevista, Víctor Manuel Luna Pabello, académico adscrito al Laboratorio de Microbiología Experimental del Departamento de Biología de la FQ, quien es fundador y Coordinador General del GAIA, recordó que Manuel Perló y Loreta Castro “nos invitaron, en octubre de 2015, a realizar los trabajos relacionados con Estudios Ambientales del área asociada con el Parque Hídrico La Quebradora”.
El académico de la FQ dijo también que, a la fecha, se cuenta con el apoyo de la Delegación Iztapalapa y con los recursos para dar por terminada esta idea, la cual tardó más de un año en concretarse: “Este proyecto incluyó, en parte, dar a conocer a la comunidad los beneficios que podrían obtener con el parque, el cual contará con áreas verdes y espacios recreativos, sin perder de vista que el principal interés es la captación de agua y poderla regular”, indicó.
En este sentido, Luna Pabello destacó la participación de la Facultad de Química en la realización de diferentes estudios, a través del GAIA, el cual está conformado por profesionistas de diversas carreras y dependencias de la UNAM, principalmente profesores de tiempo completo de las facultades de Química, Arquitectura, Ingeniería, Contaduría y Administración, así como de los Institutos de Investigaciones Jurídicas, Geografía e Ingeniería, entre otras entidades, además de académicos de medio tiempo y egresados.
“Aproximadamente, 50 especialidades conforman este grupo. Para el estudio nos apoyamos en ingenieros químicos, químicos farmaco-biólogos, biólogos, ingenieros civiles, ingenieros geodestas, ingenieros ambientales, ingenieros agrónomos y forestales, topógrafos, arquitectos del paisaje, arqueólogos, licenciados en derecho y otra serie de profesiones”, precisó el universitario.
Al hablar sobre los trabajos realizados por el GAIA, mencionó que una vez determinado el predio por parte de la Delegación Iztapalapa y tras llegar a un acuerdo con el Sistema de Aguas de la Ciudad de México, el grupo se enfocó a medir las coordenadas reales del área, lo cual se realizó a través de un estudio de topografía.
El proyecto, explicó, “considera una pequeña dotación de agua para beber, a partir de la captura de agua pluvial y un proceso de potabilización; hace uso de aproximadamente 80 metros cúbicos por día, procedentes tanto del drenaje urbano aledaño, como de las propias aguas residuales que genera el parque, las cuales una vez depuradas a la calidad requerida, son recirculadas”.
Los trabajos de la Facultad de Química consistieron, también, en darle seguridad, mediante los cálculos correspondientes, a las estructuras planteadas por los arquitectos: “El grupo de personas con las que contábamos llegó a ser de 40, y alrededor de otras 30 en la parte social y arquitectónica”, agregó el universitario.
En opinión del especialista, este proyecto llamó la atención de los jueces del concurso internacional, “por la manera en que se hizo coexistir una demanda social del requerimiento de agua en una zona carente de este recurso; la posibilidad de mantener y retener el líquido y evitar inundaciones; además de contribuir con un espacio verde, seguro, de movilidad no motorizada, todo esto basado en estudios que soportan las ideas y necesidades específicas de esa zona. Este proyecto cuenta con los tres componentes fundamentales: social, arquitectónico y sustentable”.
Actualmente, el proyecto tiene un 70 por ciento de avance, pero ya cuenta con el financiamiento total para concluirlo; por ello, se espera que esté terminado a finales del presente año. Asimismo, se plantea hacerlo autosustentable, a través de fideicomisos y diversos mecanismos que promueve la Delegación Iztapalapa.
“Este tipo de proyectos se conocen a nivel internacional como hidro-acupunturas, porque se hace el símil de hacer incisiones para recarga hídrica. Precisamente, el ser reproducible fue un factor que también valoró el jurado para otorgar el premio y, en efecto, puede replicarse en otras zonas para la recuperación de agua”, afirmó Luna Pabello.
El grupo GAIA se constituyó en 2002 para enfrentar los retos que traen consigo proyectos de gran envergadura como los planteados para el sector petrolero y de agua. No obstante, también ha tenido diferentes logros sobre el tema de manejo de agua y sustentabilidad, como el Premio de Ingeniería y Diseño en el Solar Decathlon Europe 2014 de Versalles, en el marco del Proyecto CASA-UNAM, el cual incluía el uso de humedales artificiales como sistema depurador de aguas contaminadas, o el desarrollo de trabajos con el Gobierno de la Ciudad de México para el saneamiento de lagos artificiales, así como con la Comisión Nacional del Agua, para prevenir contaminación en ríos y presas.
Para Luna Pabello, obtener el Premio LafargeHolcim para Construcción Sustentable 2018 “confirma la correcta decisión de haber seguido el camino de enfrentar retos ambientales a través de la interdisciplina; es decir, caminar juntos, tratando de entender al otro en sus distintos lenguajes, abandonar el “ego” para poder realizar proyectos de alta trascendencia que no se podrían abordar desde una sola disciplina o área de trabajo”, concluyó.
José Martín Juárez Sánchez
Yazmín Ramírez Venancio