El antropoceno, época geológica derivada de las actividades humanas en el planeta: Carlos Amador
El Director de la FQ participó en el Primer Coloquio de Ética, Bioética y Química
El homo sapiens ha establecido ya una época geológica: el antropoceno, en donde la actividad humana ha provocado un cambio en la superficie de la Tierra. Estos cambios se han dado principalmente por la detonación de bombas nucleares, el aumento de la población y el alto consumo de energía, afirmó el Director de la Facultad de Química, Carlos Amador Bedolla.
Al dictar la conferencia magistral Energía, antropoceno y sustentabilidad: ¿un tema ético?, Amador Bedolla explicó que el calentamiento global se da por el incremento de CO2 como consecuencia del consumo de combustibles fósiles y que una mayor temperatura en la Tierra puede afectar el clima, las lluvias y la agricultura.
Ante esta situación, el Director dijo que lo importante sería lograr un desarrollo sustentable. “La definición más aceptada de desarrollo sustentable es la que señala que éste sería el modelo que permite cumplir con las necesidades presentes sin comprometer las necesidades de las siguientes generaciones”, explicó.
Hacer frente a esta situación, concluyó Amador Bedolla, implica un problema ético relacionado, por ejemplo, con “¿quién debe actuar y hacer algo más para combatir el cambio climático?: ¿los países ricos, los ciudadanos ricos, quienes consumen más energía? La cuestión es que nadie quiere dar el primer paso. Es urgente reconsiderar las necesidades de consumo de las personas y debe preocupar también la cantidad tan grande de habitantes en el mundo”.
Carlos Amador tomó parte en el Primer Coloquio de Ética, Bioética y Química, actividad que buscó abrir un espacio de reflexión sobre la ética del quehacer científico y su impacto en la sociedad.
Este Coloquio contó con la participación de especialistas de las facultades de Filosofía y Letras (FFyL), Química (FQ) y Medicina Veterinaria y Zootecnia (FMVZ), así como de los institutos de Geografía (IG) e Investigaciones Filosóficas (IIF), además del Seminario Sociedad del Conocimiento y Diversidad Cultural (SSCyDC) y del Programa Universitario de Bioética (PUB).
El encuentro se realizó los días 15 y 16 de octubre y tuvo como sedes el Auditorio B de la FQ y el Auditorio del Anexo Sánchez Vázquez de la FFyL.
Al inaugurar el Coloquio, el secretario académico de Docencia de la FQ, Armando Marín Becerra, refirió que la responsabilidad de la ciencia no termina con la generación del conocimiento, pues es más extensa: “Hoy en día, nuestro mundo cada vez está más preocupado por hacernos caer en cuenta de que es finito en sus recursos. Espero que este foro sea interesante, reflexivo e incluyente. Nos permitirá dar cuenta de que la ciencia tiene más alcances”, expresó.
En esta actividad, continuó Marín Becerra, participan ponentes para generar una visión más amplia, para conocer las implicaciones éticas de las labores que se realizan de forma cotidiana, indicó.
En la ceremonia de inauguración del encuentro organizado por la Facultad de Química, en conjunto con el PUB de la UNAM, estuvo presente el coordinador de Asignaturas Sociohumanísticas de la FQ, Rolando Bernal Pérez.
En la primera mesa: Ética, Bioética y la rectoría científica y tecnológica, el académico de la FQ, Jorge Núñez Alba, señaló que la Química siempre ha sido la mezcla de ciencia pura y aplicada, contribuyendo al progreso industrial en mayor grado que otras profesiones: “Los químicos sintetizan miles de nuevas sustancias cada año, lo cual cambia el mundo material y el escenario para todos e, incluso, para la naturaleza, que no sabe qué hacer con tantos nuevos compuestos”, apuntó.
El centro geográfico de la Química es el laboratorio, ahí se da la génesis de los nuevos compuestos, añadió. Para los químicos, la estrecha conexión con la experimentación es una de las fuerzas de la ciencia y también parte de la fascinación de probar continuamente nuevas técnicas, rutas de reacción y compuestos, expuso.
“La práctica cotidiana de la ciencia demanda una integridad absoluta. Las cuestiones éticas relacionadas con el uso de productos químicos son una preocupación central, porque éstos se convierten en medicamentos, aditivos de alimentos, productos de cuidado personal, detergentes y los correspondientes efluentes contaminantes que permean la vida de todos”, concluyó Núñez Alba.
En esta mesa también participaron José Antonio Chamizo, de la FQ, y Ángel Alonso Salas, del PUB.
Mesas de reflexión
El martes 15, en el Auditorio B de la FQ, se llevaron a cabo las mesas Ética animal, en donde participaron: Elizabeth Téllez (FMVZ), Héctor Rico e Isabel Gracia (FQ) y Samuel León (PUB), y Ética ambiental y recursos naturales, en la que intervinieron Víctor Alcántara y María Elena Mondragón Tintor (FQ), Frances Rodríguez Van Gort (FFyL) y Jafet Quintero (PUB).
En el segundo día del Coloquio, realizado en el Auditorio del Anexo Sánchez Vázquez de la Facultad de Filosofía y Letras, se llevó a cabo la mesa Ética, espacio y economía, la cual contó con la presentación de Elisa Fabila Montoya y Luis Sánchez Graillet, de la FQ; Eva Citlali Jiménez, de la FFyL, y Álvaro López López, del IG.
Asimismo, en el panel Ética y nuevos paradigmas socio-tecnocientíficos, participaron Alejandro Pisanty, Rolando Bernal y José Ramón Orrantia de la FQ; Melina Gastélum, de la FFyL, y Martha Elena Márquez, del SSCyDC.
La última mesa de reflexión, Ética y posibles futuros de la ciencia, estuvo a cargo de Benjamín Ruiz Loyola, de la FQ; Alberto Betancourt y Bárbara Sanz Polo y Gabilondo, de la FFyL, y Melanie Kolb, del IG.
José Martín Juárez Sánchez
Yazmín Ramírez Venancio