Analizan técnicas metalúrgicas para restaurar el patrimonio de México
Durante el Simposio Metalurgia y restauración
El Departamento de Ingeniería Metalúrgica de la Facultad de Química organizó el Simposio Metalurgia y restauración, en donde especialistas de la UNAM y del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) abordaron, en siete conferencias, temas históricos y de restauración del patrimonio en México, así como de diversas técnicas metalúrgicas.
Abrió este encuentro el académico de la FQ, Guillermo Salas Banuet, con la conferencia Los valores sociales temporales en la restauración. Un caso: los bronces del occidente mesoamericano, donde habló sobre la restauración de objetos metálicos como cascabeles, platos, pinzas, punzones y agujas, entre otros, de la cultura purépecha, en Michoacán.
El universitario dijo en su participación, realizada en el Auditorio D de esta entidad el 16 de marzo, que cuando se trabaja con objetos del pasado, se hace una labor relacionada con ciencias como Antropología, Arqueología, Filosofía y Sociología, entre otras. “Cuando se hace restauración, se deben entender los valores de las personas que elaboraron los objetos a restaurar”.
Por su parte, el especialista de la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía (ENCRyM) del INAH, Ángel García Abajo, dictó la conferencia Metalurgia histórico-patrimonial, o lo que no se enseña en las universidades, en donde señaló que, tradicionalmente, se conoce como Arqueo-metalurgia: “el estudio del uso y producción histórica y prehistórica de metales por los humanos”.
Sin embargo, aseguró, ese concepto “se enfoca sólo a un campo reducido: el de los objetos de origen antiguo”, por lo que, sostuvo, “está rebasado y más bien se debe hablar de un nuevo esquema en el que se conjuntan tres campos: la Arqueología, la ciencia de la Metalurgia y la conservación”.
Más adelante, José Guadalupe Ramírez Vieyra, también de la FQ, habló sobre Conceptos metalúrgicos involucrados en el enriquecimiento superficial de tumbagas. En su exposición, el académico explicó que las tumbagas son aleaciones de oro y plata que tienen como finalidad dar acabado a una pieza.
Tras destacar que existen diversas técnicas para dar el efecto de acabado dorado, según la época que se trate, habló en específico de la técnica de dorado por oxidación, que supone calentar las piezas y oxidarlas a alta temperatura.
En tanto, el investigador de la Facultad de Química Gerardo Arámburo Pérez dictó la conferencia Caracterización de una fundición artesanal: caso “La Minerva”, en la cual se refirió a su participación hace algunos años en la reparación de esta famosa escultura ubicada en la ciudad de Guadalajara, Jalisco.
La pieza, explicó, “presentaba problemas de corrosión en su base, hecha de concreto, y tenía fracturas en la propia pieza metálica”. En este caso, recordó: “se trabajó con aleaciones para combatir la corrosión en las guías de la escultura, que eran clavos de acero. Parte del problema era la base de concreto, la cual se fracturó y presentó corrosión”.
Más adelante, Diana Arano Recio, del Centro INAH-Campeche, expuso el tema Estudios de Metalurgia y degradación en clavos y pernos de la estructura de un barco del siglo XIX. Naufragio “El Tejas”.
La especialista dijo que en Campeche existe un proyecto encargado de proteger el patrimonio sumergido en las aguas marítimas de la entidad, donde se calcula que hay “unos 400 vestigios entre barcos y cañones o cargas que arrojaban los barcos”. En especial, se refirió a la colaboración realizada en 2012, en donde trabajó en un barco hundido con vestigios subacuáticos como tejas francesas que se usaban como lastre o peso para mejorar la navegación, por lo que este navío fue bautizado como “El Tejas”.
En su participación, el docente de la FQ Francisco Javier Rodríguez Gómez dictó la conferencia Estudio del Faro de Tampico: corrosión y recubrimientos, en ella habló sobre su experiencia en torno a una invitación que recibió para realizar estudios sobre una obra arquitectónica emblemática de la ciudad de Tampico, Tamaulipas.
Este faro, refirió el también jefe del Departamento de Ingeniería Metalúrgica, se construyó en 1877, por ello es una estructura antigua que valía la pena conservar, pues sigue funcionando con sus 42 metros de altura. “Encontramos corrosión en las uniones por presencia de cloruros en resquicios, hendiduras y huecos. Se analizaron estas zonas y se realizaron recomendaciones de diversos recubrimientos, así como sustituciones de vigas y tornillería, tensores, rondanas y elementos de sostén. También se concluyó que la corrosión se debe a la compleja geometría del faro y a recubrimientos inadecuados”.
Finalmente, Jannen Contreras Vargas, de la ENCRyM-INAH, ofreció la ponencia Herrar y errar. Historias sobre los metales de “El Caballito”. En su exposición, la especialista aseguró que la restauración de esta escultura debe seguir una metodología y considerar que el objeto es una obra de arte o un bien cultural y, por lo tanto, tiene una valoración.
Específicamente, se refirió a los trabajos de restauración realizados hace algunos años a la estatua de El Caballito, de Manuel Tolsá, ubicada en el Centro Histórico capitalino. “Es muy recordado que en esos trabajos se dio un error inicial: contratar a alguien sin experiencia en restauración, por lo que se aplicó ácido nítrico y se dañó a la escultura en su pátina original o capa de superficie”. Esto fue corregido, añadió, al hacer “limpieza con geles, como si fuera pintura de caballete, para llegar a la capa original”, concluyó.
José Martín Juárez Sánchez