Rinde El Colegio Nacional homenaje luctuoso a Mario Molina, Premio Nobel de Química
Ilustre egresado de la FQ
El Colegio Nacional rindió un homenaje luctuoso al científico mexicano Mario Molina (9 de marzo de 1943-7 de octubre de 2020), Premio Nobel de Química 1995 e ilustre egresado de la Facultad de Química, a poco más de un año de su fallecimiento.
En el emotivo homenaje, realizado el 19 de noviembre en el Aula Mayor de El Colegio Nacional, del cual Mario Molina era miembro, participó el rector de la UNAM, Enrique Graue Wiechers, quien en un mensaje en video se refirió al homenajeado como “un ilustre mexicano, un ser humano excepcional, un orgullo universitario y, en particular, un estandarte internacional del conocimiento científico y de la lucha contra el cambio climático”.
Las aportaciones de Mario Molina, expresó el Rector de la Universidad Nacional, fueron tan amplias que “siguen siendo hitos históricos en el entendimiento de las causas y consecuencias del cambio climático. Tan es así, que hace apenas unos meses, el Centro de Ciencias de la Atmósfera de nuestra casa de estudios evolucionó a Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático, poniendo particular atención en esta urgente y compleja lucha que enfrenta la humanidad en estos momentos”.
En tanto, Eduardo Bárzana García, director ejecutivo del Centro Mario Molina y ex director de la FQ, destacó que Mario Molina, “como pocos, divulgó durante décadas, con gran pasión y preocupación, la alerta del grave riesgo que estamos corriendo debido a la irresponsabilidad humana o, para ser justos, de una pequeña parte, pero decisiva, de la humanidad”.
El Nobel mexicano, añadió Bárzana, “estuvo siempre instalado en el porvenir, en el futuro inmediato, sin supuestos ni especulaciones, con argumentos enfilados a mejorar el presente al aportar generosamente nuevas ideas y a llamar la atención de la importancia de los datos duros, alejados de la retórica”.
Esa perspectiva, indicó, “lo llevó a impulsar la educación en temas ambientales, desde la infancia hasta los niveles profesionales, construyendo paso a paso una necesaria cultura de la sustentabilidad en nuestra sociedad: legó una estructura progresiva para motivar, formar y empoderar, primero, al personal docente, para luego llevar al mensaje a los jóvenes estudiantes”.
Asimismo, Francisco Barnés de Castro, ex rector de la UNAM y ex director de la FQ, dijo que Molina realizó lo que pocos científicos en épocas recientes han logrado conjuntar: trabajo científico en laboratorio, capacidad de formar gente y aptitud de comunicar y transformar a una sociedad para que reconociera la importancia de lo que había planteado y la urgente necesidad de llegar a acuerdos complicados, pero trascendentes.
También recordó la generosidad de Mario Molina, quien “cuando recibió el monto económico del Nobel, una tercera parte la puso como capital semilla en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), para formar un fondo de becas para que estudiantes mexicanos y latinoamericanos puedan estudiar ciencias de la atmósfera y, con otra parte, constituyó un fondo de becas en México, administrado por muchos años en el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), ahora por el Centro Mario Molina, a fin de apoyar estudiantes y profesores mexicanos para hacer estudios sobre ciencias de la atmósfera y sobre Química de la atmósfera”.
En el homenaje también participaron Luis Molina, hermano del Nobel mexicano; Julia Carabias, José Sarukhán, Susana López Charretón y Vicente Quirarte, de El Colegio Nacional; así como Al Gore, ex vicepresidente de Estados Unidos y fundador de The Climate Reality Project, y el astrofísico francés Pierre Léna, creador de la Office for Climate Education (con mensajes en video).
José Martín Juárez Sánchez