2020, año de retos y oportunidades para la Facultad de Química
Desde que el pasado 16 de marzo la UNAM y la Facultad de Química suspendieron sus actividades presenciales para preservar la seguridad de su comunidad, a causa de la pandemia por la COVID-19, se han debido superar múltiples obstáculos para desarrollar nuestras funciones esenciales de docencia, investigación y difusión de la cultura.
La FQ no ha detenido sus actividades y los(as) profesores(as) y alumnos(as) continúan realizando su mayor esfuerzo para adaptarse a las condiciones actuales: se continúa impartiendo clases en línea, se concientiza sobre el autocuidado y el resguardo en casa a la comunidad, el personal de diversos laboratorios colabora en labores de generación de insumos y realización de pruebas asociadas a la contención del virus SARS-CoV-2 y, desde luego, se llevan a cabo con regularidad los trámites escolares que son inherentes a nuestra entidad académica.
Este tesón y compromiso no son nuevos. A lo largo de más de cien años la Facultad ha apoyado al país contribuyendo al hallazgo de respuestas y nuevos caminos rumbo al desarrollo.
Con motivo de los 30 años del Patronato de la Facultad, el Rector Enrique Graue Wiechers señaló que “los químicos, en todas sus distintas disciplinas, han sido fundamentales para el combate y superación de las actuales circunstancias. Su labor ha sido indispensable prácticamente en todos ámbitos: desde los laboratorios hospitalarios, en la búsqueda de soluciones medicamentosas, en la producción de insumos, en haber puesto a disposición de la Universidad su infraestructura científica y en la determinación para mantenerse en la planta productiva nacional desde sus distintas trincheras”.
La Facultad de Química está, además, especialmente comprometida con la igualdad de género: cuenta con una Unidad de Género e Igualdad, una Comisión Interna de Igualdad de Género y cuatro Personas Orientadoras; ha signado sólidos compromisos con la comunidad y su cercanía es particularmente estrecha con la Defensoría de los Derechos Universitarios, Igualdad y Atención de la Violencia de Género y con el Centro de Investigaciones y Estudios de Género (CIEG).
Desafortunadamente, el año que ha concluido también sufrimos grandes pérdidas, como la del Premio Nobel de Química 1995, Mario Molina, y la del Profesor Emérito César Rincón Orta, entre diversos miembros de nuestro personal, quienes, sin lugar a dudas, contribuyeron enormemente con la Institución que los formó como profesionales, en la debida construcción de las presentes y futuras generaciones.
La fortaleza de la Facultad de Química ha sido y seguirá siendo su gran comunidad, así como el sólido compromiso y la extraordinaria capacidad que la caracterizan. Es por ello que nuestra entidad académica continuará representando la mejor opción para la formación de los químicos y posgraduados del mañana.