El Nobel de Química 2020 reconoce el desarrollo de la técnica de edición genómica
Entrevista con el académico de la FQ, Javier Plasencia
Por el desarrollo de la técnica de edición genómica CRISPR/Cas9, la cual funciona como unas “tijeras” moleculares que permiten localizar cualquier secuencia en el genoma de cualquier animal, planta o microorganismo y cortarlo, la francesa Emmanuelle Charpentier y la estadounidense Jennifer Doudna fueron galardonadas con el Premio Nobel de Química 2020.
Esta técnica ha sido calificada como revolucionaria para las ciencias de la vida y puede contribuir a desarrollar nuevas terapias contra el cáncer, así como hacer realidad la cura de muchas enfermedades hereditarias de origen genético, destacó la Real Academia de las Ciencias de Suecia que otorga el galardón.
Algo muy destacable este año es que el Premio fue compartido por dos científicas, quienes son la sexta y la séptima mujeres en recibir el Nobel de Química de entre casi 200 galardonados; “también resalta el poco tiempo transcurrido entre la publicación del trabajo (en 2012) y el otorgamiento del galardón”, opinó en entrevista Javier Plasencia de la Parra, docente de la Facultad de Química y especialista en el área en que se dio el Premio.
Para el universitario, quien forma parte del Departamento de Bioquímica de la FQ, son sobresalientes además los resultados que ha dado la investigación básica para el desarrollo de esta técnica, la cual se basa en estudios de Charpentier sobre la bacteria Streptococcus pyogenes, causante de varias enfermedades en humanos.
“Charpentier estudiaba el sistema inmune de las bacterias, las cuales pueden ser infectadas por virus patógenos llamados bacteriófagos, así como mecanismos de defensa. Había varios mecanismos de defensa ya descritos, pero lo interesante es que ella trabajó en una especie de memoria en las bacterias y esta memoria inmunológica se da a través de fragmentos de DNA del bacteriófago insertados en el genoma de la bateria que intentó infectar; así, cuando ésta enfrenta al virus puede responder más rápido y de una forma más eficiente”, explicó Javier Plasencia.
A partir de las observaciones de Emmanuelle Charpentier, indicó también el docente, la gran contribución de Jennifer Doudna fue dilucidar el mecanismo por el cual funcionaba esa defensa: “Descubrir estos mecanismos de defensa llevaron al desarrollo de la técnica conocida como edición genómica CRISPR/Cas9”, la cual se basa en que moléculas del RNA, con una secuencia específica, son capaces de guiar a una enzima (CAS9) que va a actuar sobre el DNA, en este caso del bacteriófago, que degrada y elimina la infección.
“En el caso de la edición del genoma, la molécula de RNA se guía para que pueda actuar sobre una región específica del genoma y modificarlo, es por eso que recibe ese nombre, apuntó Plasencia.
A partir de esta técnica, añadió, se han desarrollado herramientas moleculares, como vectores de clonación, que permiten expresar en la célula la molécula de RNA que va a servir como guía, así como la nucleasa Cas9.
“Esto tiene el potencial de edición del genoma (como está descrito en las razones por las que les dieron el Nobel), es decir, que éste se puede modificar muy específicamente, al grado de sólo un par de bases en la secuencia del DNA y entonces se pueda, eventualmente, corregir una mutación, adicionar una secuencia o eliminar otra”, expresó Javier Plasencia.
Hasta ahora, la principal aplicación de la técnica desarrollada por las ganadoras del Premio Nobel de Química 2020, comentó además el docente de la FQ, se ha dado en el área de Genética funcional, en la que se estudia la función de los genes en cualquier organismo, desde bacterias y hongos hasta células de mamíferos: “Esta técnica ha revolucionado los estudios en este campo”.
La aplicación más visible, “pero que todavía hay algunos obstáculos para llevarla a cabo, sería la de corregir enfermedades hereditarias, en las cuales se pueda editar el genoma”, agregó.
La técnica de edición genómica tiene también el potencial de realizar pruebas diagnósticas equivalentes a las que se hacen hoy en día para detectar el virus SARS-CoV-2, causante de la actual epidemia global por la COVID-19, así como generar vacunas para diversas enfermedades, expuso Javier Plasencia.
“Otro punto interesante es el aspecto bioético, ya que, al ser una herramienta poderosa, tienen que cuidarse en su aplicación elementos éticos e incluso jurídicos”, dijo finalmente el universitario y subrayó: “este Premio da realce a las áreas de Bioquímica, Biología molecular y Genética”.
José Martín Juárez Sánchez
Yazmín Ramírez Venancio