Trabajan académicos de la FQ en la evaluación y generación de plásticos biodegradables
Buscan alternativas para evitar la contaminación ambiental por plásticos
Un grupo de investigación de la Facultad de Química, encabezada por el académico Víctor Manuel Luna Pabello, realiza la evaluación de plásticos que puedan ser biodegradados, además de buscar la generación de elementos de fácil biodegradación, para enfrentar la creciente contaminación ambiental por el abuso de la utilización de dichos materiales.
En entrevista, Luna Pabello comentó que en la actualidad se producen plásticos a partir del procesamiento del petróleo; algunos de ellos son reutilizables, como el polietileno de alta densidad, el cual se emplea para los envases de detergentes, agua o alimentos, y el polietileno tereftalato (PET), con el cual se producen en México alrededor de 9 mil millones de botellas al año; sin embargo, existen otros como el policloruro de vinilo (PVC), que se emplea en las tuberías de los sanitarios, así como el poliestireno, los cuales no se vuelven a utilizar.
Por lo anterior, en el Laboratorio de Microbiología Experimental de la FQ, del cual es responsable el universitario, además de evaluar plásticos comerciales se trabaja en la evaluación y conformación de nuevos materiales de fácil biodegradación. Este grupo de investigación, con más de diez años de trabajo, ha implementado una metodología, equiparable a nivel internacional, que le ha permitido evaluar la biodegradación de plásticos y brindar este servicio a la industria.
En este proceso, explicó, se emplea una composta, producto obtenido a partir de materia orgánica, para determinar la biodegradación del material a evaluar, a partir de generación de dióxido de carbono y pérdida del propio material. Para ello, se introduce en la composta un material de referencia, celulosa u otro que se conozca como degradable; y en paralelo, el nuevo material a analizar. Se determina cada 30 días, a lo largo de seis meses para determinar si se degrada.
“Si esto ocurre antes de ese tiempo y más del 70 por ciento del material se degradó, podemos decir que es biodegradable; estos procedimientos ya los tenemos establecidos en el laboratorio”, apuntó Luna Pabello.
Concluido el proceso de degradación, existe una prueba adicional, en la cual el material resultante se pone en contacto con semillas de plantas, para observar si inhibe o no el crecimiento de éstas: “Se debe tener cuidado, porque pudiera ser un compuesto tóxico. Si se biodegrada y no es tóxico, es un producto deseable”. La autoridad mexicana permite realizar las pruebas de degradación, así como la de germinación, sostuvo el profesor de la FQ.
Para la evaluación en México, indicó el universitario, recientemente se publicó la Norma Mexicana NMX-E-273-NYCE-2019 Industria del plástico-plásticos compostables-especificaciones y métodos de prueba, relacionada con los plásticos compostables, sus especificaciones y métodos de prueba. Dicha norma, legalmente entra en vigor a los 60 días naturales de la publicación en el Diario Oficial de la Federación, lo cual ocurrió el pasado 16 de abril del 2020, por lo que estará vigente a partir del 15 de junio del año en curso.
“En el país, al igual que en varias partes del mundo como Europa, Estados Unidos y Australia, ya se evalúa qué tan biodegradables son los materiales plásticos a través de composta”, añadió.
Generación de plásticos biodegradables
En la Ley de Residuos Sólidos del Distrito Federal de 2003 se expidió un procedimiento para que se diera un mejor uso de los plásticos, pero esto no ocurrió. Posteriormente, el 25 de junio de 2019, se publicó un decreto, que entró en vigor el 1 de enero de 2020, en el cual se estipuló que los plásticos deberían ser biodegradables y no se podrían distribuir o comercializar bolsas de plástico de un solo uso, relató Luna Pabello.
En este contexto, el universitario comentó que están enfocados en generar bioplásticos de fácil degradación, los cuales se puedan incorporar al ambiente, previamente validados por métodos aprobados internacional y nacionalmente, reduciendo el impacto hacia el medio ambiente por el uso y desecho de este tipo de materiales, de ahí la importancia de tener una metodología para la evaluación.
Resaltó que han tenido reuniones con profesores de la Facultad de Química y de distintas dependencias, para conocer sus avances en el estudio y la generación de polímeros con distinto origen, incluidos los de tipo natural, como la semilla de tamarindo, por ejemplo, para conocer sus procesos de biodegradación, entre otros factores, como sus propiedades o vida de anaquel. Estos grupos realizan películas plásticas y evalúan su material, para comprobar si son biodegradables, agregó.
Los nuevos materiales, refirió, llevan un proceso que va desde conocer cuál es el mercado del producto, cuáles son los organismos que pueden hacer la síntesis, los posibles compuestos a generar, cómo se puede pasar de la etapa molecular a la etapa microbiana, a la de laboratorio, a la de escalamiento y a la transferencia de tecnología.
Para conseguir estos objetivos se requiere del apoyo de los integrantes de los diferentes departamentos académicos de la FQ, “podemos abordar una problemática ambiental nacional generada por plásticos y ofrecer alternativas”, concluyó.
Yazmín Ramírez Venancio