Reconoce el Nobel de la Paz 2017 el trabajo de la sociedad civil
Contra la proliferación de las armas nucleares
El otorgamiento del Premio Nobel de la Paz 2017 a la Campaña Internacional para Abolir las Armas Nucleares (ICAN, por sus siglas en inglés), “tiene gran relevancia no sólo por las recientes pruebas nucleares realizadas por Corea del Norte, sino porque es un reconocimiento que se otorga a una agrupación que reúne a grupos no gubernamentales y de la sociedad civil”, consideró Benjamín Ruiz Loyola, académico de la Facultad de Química.
ICAN (International Campaign to Abolish Nuclear Weapons) es una coalición global que trabaja para movilizar a las personas, a fin de persuadir y presionar a sus gobiernos a iniciar y apoyar negociaciones encaminadas a conseguir la firma de un tratado que prohíba las armas nucleares.
De acuerdo con el Comité del Nobel de la Paz, el premio fue otorgado a ICAN este viernes 6 por su “trabajo en atraer la atención sobre las catastróficas consecuencias de usar cualquier tipo de armamento nuclear y por sus enormes esfuerzos en lograr la adhesión al tratado que prohíbe esta clase de armas”.
Benjamín Ruiz Loyola, docente del Departamento de Química Orgánica de la FQ, explicó en entrevista que ICAN agrupa a 331 organizaciones no gubernamentales y civiles distribuidas en 80 países del mundo. El académico es especialista en áreas como materiales peligrosos, armas de destrucción masiva y el empleo de éstas en el terrorismo.
“El Nobel de la Paz es un reconocimiento a la participación de la ciudadanía ‘de a pie’, de quienes hacen un esfuerzo importante para abolir las más temibles armas de destrucción masiva del planeta. Esto es muy relevante porque en otras ocasiones este premio se ha entregado a políticos que, en opinión de muchos, no lo merecen”, comentó el universitario.
En ICAN, añadió Ruiz Loyola –quien en 2003 fungió como inspector de armas de destrucción masiva en Irak, como parte de brigadas de la Organización de Naciones Unidas–, se pretende que cada organización participante realice actividades, de acuerdo con el sitio donde se ubica y sus posibilidades, para presionar a los gobiernos a que desarrollen esfuerzos encaminados a la prohibición de armamento nuclear.
En este contexto, apuntó, podría pensarse que México no puede hacer mucho, pues no tiene armas nucleares; sin embargo, “no es así, porque bien puede presionar a Estados Unidos o a otros países para que paulatinamente bajen el volumen de su arsenal nuclear hasta que lo puedan eliminar”.
En el país, expresó también el universitario, hay dos organizaciones no gubernamentales que son parte de esta conferencia internacional; una de ellas es el Círculo Latinoamericano de Estudios Internacionales, que está conformado por personas relacionadas con la diplomacia; la otra es Médicos Mexicanos contra las Armas Nucleares, parecida a Médicos sin Fronteras.
“Es muy relevante este reconocimiento, no creo que haya discusión como en otras ocasiones cuando se duda de los merecimientos de quienes reciben el Nobel de la Paz. En este caso es para impulsar el trabajo del ciudadano ‘de a pie’ y nos deja perfectamente claro que cualquier esfuerzo es válido y no se vale darse por derrotado. En la medida en que nosotros como individuos participemos en organizaciones enfocadas a lograr el desarme y la paz mundial, algún día, espero que cercano, lo vamos a lograr”, concluyó Ruiz Loyola.
La Campaña Internacional para Abolir las Armas Nucleares exhorta de manera permanente a gobiernos, organizaciones internacionales y de la sociedad civil, entre otros actores, a comprometerse y reafirmar que “cualquier uso de armas nucleares causaría un daño ambiental catastrófico”, y a que “existe un imperativo humanitario universal de prohibir las armas nucleares; incluso, para los estados que no las posean”.
En este sentido, ICAN establece que “los estados que tienen armas nucleares tienen la obligación de eliminarlas por completo”, y “deben actuar inmediatamente para impulsar y apoyar un proceso multilateral de negociaciones para conseguir la firma de un tratado que prohíba las armas nucleares”.
Esta Campaña reúne a organizaciones humanitarias, medioambientales, de derechos humanos, de desarrollo y a favor de la paz, “con el fin de aprovechar la oportunidad histórica que existe para declarar ilegales las armas nucleares y eliminarlas”.
José Martín Juárez Sánchez